Para ello, lo primero que hacemos es analizar diferentes aspectos de esa conducta:
- Historial: cuándo se presenta por primera vez, en qué circunstancias y con qué latencia se sigue manifestando.
- Antecedentes: cómo se encuentra la persona observada, qué pasa en el entorno justo antes de que aparezca la conducta, etc.
- Topografía: forma que adquiere la conducta.
- Función: para qué sirve la conducta, qué propósito busca...
- Consecuencias: resultados de esa conducta para la persona.
Un análisis pormenorizado de todos estos aspectos, intentando ser exhaustivos, nos permite establecer hipótesis en torno a la conducta observada. En base a esas hipótesis, trazamos un Programa o Plan de acción para intervenir y buscar sustituir esa conducta no deseable, por otra mucho más adaptativa.
Os adjunto a continuación un ejemplo de un trabajo en esta línea:
https://drive.google.com/open?id=1U3P67seyec4wHA3LZwEbRk5IaXpSHg8m
No hay comentarios:
Publicar un comentario